El poder del olfato - Sistemas de aromatización

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Los seres humanos estamos acostumbrados a llevar nuestras vidas de forma automática, el cuerpo realiza millones de acciones biológicas a cada instante y podemos pasar por alto por lo menos el 98% de éstas; actividades como la digestión, salivar, parpadear y metabolizar la comida son unos de los tantos ejemplos que podríamos nombrar.

El olfato es precisamente el sentido del que somos menos conscientes, pues con cada respiración podríamos inhalar un aroma y si estuviésemos pendientes de ello, probablemente no podríamos enfocar la atención en otras actividades que requieran nuestra concentración.

En este sentido, no nos percatamos del impacto que los perfumes y olores tienen en nuestro entorno, y no estamos al tanto de lo vital e importante que son para nuestra existencia.

1. El olfato como el sentido de la clarividencia.

En la mayoría de las culturas el olfato ha sido asociado con la capacidad de percibir más allá de lo evidente, está directamente vinculado con el instinto y la intuición, cualidades intangibles que una vez se manifiestan en la realidad sorprenden por los efectos predictivos que conllevaron. Frases como “Esto huele mal”,  “A mi me huele a que…” son algunas pruebas de cómo a veces hacemos referencia a la duda que nos generan algunas situaciones. En otras palabras, en el imaginario colectivo, oler más es poder percibir lo que otros no pueden y anticipar el peligro, el ataque y la traición.

Esta vinculación, tal vez se ha generado a raíz de que el olfato nos entrega información sobre el entorno físico que nos rodea: si algo se está quemando, si un alimento se está descomponiendo o si hay problemas técnicos en el carro, probablemente sea a través de este sentido que nos alertemos y tomemos cartas en el asunto. 

Dicho de una manera trascendental: este sentido permite nuestra supervivencia.

2. El aroma y amor biológico.

El olfato es el sentido más desarrollado al nacer, es precisamente por este motivo, que los bebés reconocen a su mamá por el aroma y es la forma más instintiva como se genera un lazo entre los dos.

También, tiene un papel importante a la hora de escoger a nuestra pareja, pues existen reacciones químicas entre las personas, que pueden ser percibidas por este sentido que entregan señales sobre la compatibilidad biológica de los sujetos, esto quiere decir que dos personas opuestas y no sincronizadas desde este aspecto, de una u otra forma se rechazarán por el humor. 

3. Las emociones puedes ser olidas.

Se ha comprobado científicamente que las emociones puedes ser percibidas. Una persona que experimenta un sentimiento tendrá una reacción química en su organismo y esto producirá un olor especial. Entre las reacciones más fáciles de medir están el miedo, la felicidad y la excitación sexual.

4. Los olores y sus efectos en el gusto.

Como se mencionaba anteriormente el aroma nos alerta sobre alimentos en descomposición, sin embargo sus efectos están presentes también para avisarnos cuando una buena comida se avecina. Una vez comenzamos a percibir el olor de un rico almuerzo, el cuerpo comienza a reaccionar, se abre el apetito y salivamos más. De hecho alrededor de un 85% de lo que nos gusta es gracias al olfato, un alimento delicioso inmerso en un ambiente mal oliente no podremos disfrutarlo, mientras que una comida insípida envuelta en un espacio que huele muy bien, la comeremos con más agrado y satisfacción.

 

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